"No hay nada más hermoso que la inocencia de los niños"
Tras
la espesa cortina beige se escondía una diminuta figura, observando todo desde la
seguridad de su casa... Preguntas como: ¿por qué el cielo es tan alto? Y ¿por
qué no podía volar como los pájaros? Eran las que merodeaban en su cabeza, pero
la que siempre estaba todo el santísimo tiempo era ¿Quién vivía en la casa de
enfrente? A sus cortitos años no había visto a nadie salir de esa casa, tampoco
entrar... Pero a través de las cortinas blancas veía como encendían las luces y
como las apagaban... ¿Y si ahí no vivía nadie y las luces se encendían solas?
¿Y si era un fantasma? ¿Por qué nunca les había preguntado a sus padres?
Un
sonido extraño… Que reconoció luego porque era el que aparecía en las películas
esas de peleas que veía su papá... ¿Cómo es que le había dicho el que se
llamaban? ¡Ahhh! ¡Películas de acción! Cuando alguien se golpeaba y votaba
mucho ese líquido rojo asqueroso...Bueno, ese sonido era del enorme carro con
luces rojas y azules parpadeando sobre la cabina.
Sorprendida
al ver que se dirigía a la casa que observaba se pegó al vidrio de la ventana
aplastando sus rizos rubios con el movimiento. Sus ojos se habían abierto todo
lo que se podían abrir, del enorme coche sacaron algo parecido a una camita con
ruedas (Nota mental: preguntarle a mamá que era eso y si podía comprarle una
así) y luego salieron corriendo hacia la casa, cerraron la puerta tras de
sí y no se vio más nada. Quería ir y ver qué pasaba ¿porque esos señores se
estaban metiendo a esa casa? ¿No era acaso malo entrar a una casa ajena sin
permiso? Eso era lo que su mami le decía...
Mientras
se perdía una vez más en sus pensamientos, cinco minutos después salieron de la
casa y en la camita rodante llevaban a alguien acostado pero todo lo que pudo
ver fue que tenía el cabello blanco, desconcertada siguió con la vista a las
personas extrañas esas, metieron la camita rodante al carro con luces y se
marcharon... Y ellos marchándose y su confusión creciendo extremadamente.
Su
madre la observaba tras el mural de la sala, su pequeña de ya casi 5 años era bastante
curiosa... La niña, notó la nueva presencia en la sala y se volteó lentamente
con un gran signo de interrogación en su frente... Fruncía el ceño y se veía
adorable. La mujer en la habitación no pudo evitar sonreír con ternura.
—¿Se lo están robando? —preguntó finalmente la niña sacudiendo el cabello preocupada— ¿mami se están robando a nuestro vecino?
—¿Se lo están robando? —preguntó finalmente la niña sacudiendo el cabello preocupada— ¿mami se están robando a nuestro vecino?
—¿Pero
qué dices Annabella? —respondió su mama con una pregunta acercándose
hasta cargarla.
—De
la persona que vive enfrente mamá —repuso como si fuera obvio—,
unos señores se lo llevaron…
—Ay,
Anna, no mi amor... Solo lo están llevando al hospital.
—¿Y
porque lo llevan al hospital? ¿Se peleó con alguien así como en las pelis? —Volvió
a preguntar, quería resolver todas sus dudas.
—No
pequeña tuvo un infarto... Y antes de que preguntes que es un infarto, es
cuando las personas se enferman del corazón preciosa —Le
atajo esta vez su mama amablemente.
—¿Y va a morirse? —La última pregunta dejo un gran silencio en la habitación. Su mama no quería responderla y la niña tenía la sospecha de no querer escucharla...
—¿Y va a morirse? —La última pregunta dejo un gran silencio en la habitación. Su mama no quería responderla y la niña tenía la sospecha de no querer escucharla...
—Eso
si no puedo decírtelo, pero pediremos mucho a Dios para que no muera
—La
delicadeza de la mujer al hablar era admirable, cuidaba cada palabra para que
la pequeña entendiera y no se sintiera mal.
—¿Entonces,
ahora a quien voy a mirar por la ventana? —Su tono fue apenas un murmuro, bajo
la cabeza para ocultar el leve sonrojo en las mejillas.
—Pero
si tú veías la casa, esa no va a moverse de ahí... Te lo aseguro...
—Y si yo podría hacer algo para curarlo mama, puedo...
—Y si yo podría hacer algo para curarlo mama, puedo...
—Vamos
Anna, déjalo preciosa... Mejor ve y arréglate que vamos a salir.
La
pequeña se giró y miro por entre las cortinas la casa y sus luces apagadas...
¿Ahora
quien viviría en la casa de enfrente?
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Algo corto que escribí en clases hace unos días y lo había dejado en borradores, espero que les guste :-)
Por cierto... ¿Sabes que El Diario se acerca?
Está muy, muy, cerca ya...
Si les gustó, comenten, si no les gusto, también x.x
¡Un beso!
Susan.
3 comentarios:
*.* Ay Dios, recientemente he descubierto lo poco que me gustan los niños, pero este relato me enterneció tanto. Me imaginé a la niña haciendo preguntas y asfgjkll!!
Me gustó mucho :)
Me gusta que te guste! No soy muy fanática de los niños, pero mis sobrinos me están lavando el cerebro jajajaja ;)
Besos!
Escribes muy bonito, hermoso relato. Recordé ciertas etapas de la niñez la cual uno pregunta indiscriminadamente jajaja.
Cariños, Lou
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