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domingo, 20 de mayo de 2012

Discúlpenme :C Capítulo de "Por si mañana no estoy"

¡Hola! ¿Por donde empezar? Bueno, por lo primero... El capítulo tenía que colgarlo el viernes 18-05, pero no lo tenía completo y la verdad que ese día estaba full... Entonces, sali el viernes y llegue a mi casa en la madrugada y ayer sábado andaba toda ida y con mucho sueño, entonces no pude escribir nada... Pero acá estoy y les traigo dos capítulos en señal de disculpa, y les propongo que si no cumplo con el día de publicación correspondiente, traeré capítulo doble. Es una penitencia.

Entonces, el capítulo II es la entrada anterior a esta, Pinchen AQUÍ PARA IR AL CAPÍTULO II

Y les dejo el Cap III. Espero que les guste, ya saben, ¡Comenten que es gratis!

Capítulo 3

Well I’ve been everything I wanna be,

So no tears,

No tears,

No tears for me…

J.B.

El corpulento pelirrojo se apresuró hasta llegar a la cama de Alec, sin darse cuenta de que Viviana estaba sentada en el sillón.

Su cuerpo estaba hecho un manojo de nervios y se paralizo completamente al ver a su hermano menor tendido en esa cama, pálido y carente de cualquier emoción en su rostro que no fuera la de una profunda paz… Como si estuviera durmiendo y la lenta respiración y el desganado sube y baja de su pecho era todo lo que se percibía con movimiento proveniente de él.

—Yo los dejaré solos —Dijo Viviana sintiéndose incómoda, haciendo que Nate se sobresaltara al notar su presencia y luego la mirara acusadoramente…

—A ver… Tu no te vas de aquí hasta que me expliques todo —La amenazo empezando a acorralarla, algo tenía que ver Viviana con el accidente de Alec, de eso estaba más seguro que de su propia inteligencia.

A Viviana se le heló la sangre.

¿Qué iba a decirle a Nate? Si ella ni siquiera sabía con exactitud que había sucedido… Bueno, si recordaba lo de la fiesta y su discusión con Alec… Pero nunca entendió la reacción de su mejor amigo en ese momento y si, estaba más claro que el agua que ella era culpable del accidente… De no haberse enojado Alec con ella, nada hubiese ocurrido.

Y eso era una de las cosas que la mataban por dentro, ya que, hubiera preferido mil y un veces que algo así le hubiera ocurrido a ella antes que Alec.

—Pues… —Viviana estaba nerviosa, no confiaba en las reacciones drásticas de Nate… Pero tenía que contarle aunque fuera solo una parte de la historia—. Veras, nosotros estábamos en la fiesta de fin de semestre de la universidad… Nos peleamos y el se fue cabreado de ahí, y eso fue lo último que supe hasta que tu mamá me conto esta mañana lo del accidente, eso es todo lo que yo se.

Nate golpeo con fuerza la pared.

Esa chica iba a acabar con su hermano de todas las formas habidas y por haber… No quiso saber porque habían peleado… En ese instante no quería enrollarse en los problemas de su hermano y su amiguita, los problemas que siempre evitaba porque…

—Vale, Nate, voy a la sala de espera. Te daré tiempo —Dijo cansadamente Viviana saliendo del acorralamiento del pelirrojo.

Arrastro los pies hasta la salida y casi como un zombie se dirigió a la primera sala de espera que encontró.

No había sido una larga conversación y pero si había hecho estragos en ella porque, vale, ya no encontraba formas de expresar su dolor. La incertidumbre paso a invadir la cabeza de Viviana, si era bien cierto que era la única culpable en esa situación pero que… Ahora que recordaba, Alec no tenía motivos de haberse enojado en esa fiesta la noche pasada…

Recordaba que la música estaba muy alta, que sus compañeros de universidad habían empezado a tomar e incluso ella había cogido vodka… Ambos habían quedado en que irían juntos pero de último momento un chico de la facultad de derecho bastante guapo la había invitado a ir con él y ella había aceptado encantadamente, le había enviado un mensaje de texto a Alec pero aparentemente no le había llegado porque no recibió el mensaje de entrega que solía llegar por el servicio de su compañía telefónica, entonces intentó llamarlo pero le caía la contestadora, después de llamarle varias veces y dejarle la contestadora llena de mensajes de voz se había rendido y se había ido a la fiesta… Todo en esa casa estaba prendido —No literalmente—, había mucha gente bailando y nadando en la piscina y otras haciendo cosas que no iba a mencionar, era una fiesta totalmente descontrolada pero aun así se la estaba pasando bien, bueno, bien era quedarse corta, había hecho bien al aceptar la invitación de ese otro chico… Que estaba de los mil demonios y la trataba de maravilla, y en una de esas secciones de coqueteos intensas que tenía con el chico de derechos, entre tantas personas, no había visto cuando Alec había llegado ni cuando se acercaba a ellos, no lo había notado hasta que se encontró con esos ojos verdes desbordando furia, pura y total furia.

Viviana se había alejado del chico para acercase a Alec y preguntarle que le pasaba. Entonces su conversación se reprodujo exactamente tal cual en su cabeza:

—¿Qué pasa? —Preguntó Viviana empezando a preocuparse.

—¡Fui a tu apartamento a buscarte! —respondió mordazmente Alec—, pero claro, ya veo porque no te encontré…

Prácticamente escupía las palabras y sus mejillas estaban rojas del enojo, su respiración era casi inaudible y tenía los puños fuertemente apretados a su costado.

—¡Pero yo te llame! ¡Y te envié mensajes de texto! —se defendió ella no comprendiendo la actitud de su mejor amigo.

—¿A qué teléfono, Aarian? —Preguntó, ahora sí, la había llamado por su primer nombre… El que ella odiaba y el que él utilizaba cuando quería matarla— ¡¿Al teléfono que tú misma tiraste a la bañera hace dos días?! —gritó exasperadamente… Pero el tono de su voz fue opacado cuando le subieron volumen a la música justo en el momento en el que hablaba.

—¡Mierda! —Murmuró Viviana, lo había olvidado completamente.

—Claro… Pero con lo despistada que eres lo olvidaste y vienes y me das el plantón tan feamente —Siguió reclamando—Yo creía que vendríamos juntos pero no, porque tu te vas con cualquier chico que se te pase por el frente y yo teniendo tantas chicas que matarían por salir conmigo, voy de estúpido y quedo contigo…

Esa fue la gota que colmo el vaso. Lo que hizo que Viviana también se molestara… Sin contar que el alcohol empezaba a jugar con sus sentidos.

—¡Pero que estúpido serás, Alec! ¡Yo no soy una regalada para irme con todos por ahí! —Le gritó en respuesta— Y pues si tienes a muchas chicas… ¿Por qué no te vas con ellas y dejas de fastidiarme la noche, Señorito Presumido?

El mar de sensaciones que pasaron por los ojos de Alec a velocidad relámpago, la dejo plantada al piso; enojo, dolor, resentimiento, más enojo, más resentimiento y, tristeza, una gran tristeza.

Alec dio la vuelta, tomando una botella de licor a su paso y se vio solamente como azoto la puerta de entrada, de haber estado cerca se hubiera escuchado el sonido.

Las palabras de su amigo la habían herido, ¿Creía el que era una cualquiera? Y Viviana se encontró pensando en que le importaba mucho que lo que Alec pensaba… No le había dolido que se lo dijera, si no que lo pensara…

Y eso había sido todo, una discusión de ocho minutos que la había conducido posteriormente a emborracharse y a él… A un trágico accidente.

Entendía que se hubiera enojado, pero, ¿A qué iba todo lo demás?

—¿Por qué tienes que ser tan complicado? —Murmuró y en eso miro la libreta nuevamente—, muy, muy complicado eres Alec.

Miro el reloj en su muñeca, ya era pasado el mediodía, y indudablemente había pasado todo muy rápido… ¿Y quién pudo haberse imaginado eso? Pero claro… Los accidentes eran las cosas inesperadas que sucedían.

Viviana empezó a golpear el suelo rápidamente con el talón de sus zapatillas distraídamente, no sabía con certeza cuanto tiempo había durado haciendo eso hasta que una gigante mano se poso su hombro. Levantó la vista rápidamente y dio con los ojos color ámbar de Nate… El era muy parecido a Alec, sus facciones eran las mismas y lo único que cambiaba era el color de ojos y cabello… Ahh… Y que Nate parecía un gorila con ese cuerpazo extremadamente brutal que se gastaba.

—¿Uhm? —Preguntó Viviana, al parecer Nate le había dicho algo que no alcanzó a escuchar.

—Que tengo que ir por papá al aeropuerto y mi mamá aun anda dando carreras con los Doctores… ¿Puedes regresar a la habitación? —Repitió vacíamente el, sin ninguna expresión en la cara.

—Si, claro —Se apresuró a contestar empezando a levantarse.

—Bien.

Nate se dio la vuelta y salió de la sala, Viviana lo siguió pero se desvió en el pasillo en dirección a la habitación de Alec.

Camino lo poco que había recorrido anteriormente y llego hasta la habitación. Ya dentro arrastró el sofá azul hasta la cama, dejándolo así junto a Alec.

Lo menos que podía hacer era velar por el todo el tiempo a toda hora hasta que despertara, porque estaba realmente segura de que despertaría de ese letargo en el que estaba sumergido.

Abrió la libreta nuevamente al sentarse en el sofá, con una mano sostenía la fría de Alec y con la otra sostenía el objeto para que no se cayera recostándolo en sus piernas.

Quizás en ese cuaderno encontraría muchas cosas… O entendería muchas cosas, o al menos eso quería, o solo lo que quería en ese momento era una distracción.

—¿Ahora a donde me llevaras, Alec? —Murmuró buscando la página en la que se había quedado.

*Bueno, he sido como siempre quería,

Así que no hay lágrimas,

No hay lágrimas,

No hay lágrimas para mi – James Blunt “No Tears”

Capítulo II

Prólogo y Capítulo I

Próxima entrega: Viernes 25-05-12

1 comentario:

Gisel dijo...

¡Hola Susan! ¿cómo estás?
Y al igual que el capitulo anterior ¡Me encanto *-*! Me enamore completamente de tu historia ^^, esta muy pero muy buena *-*.
Y bueno Vivi estuvo mal, con respecto a su comportamiento ¬¬. Al menos desde mi punto de vista. Y pobre Alec.
Esperando tu próxima actualización :).
Cuídate muchísimo, y adiós.