Seguidores

viernes, 25 de mayo de 2012

"Por si mañana no estoy" Capítulo IV


¡Holaaaa! Es viernes y como corresponde les traigo el cap de Por si mañana no estoy, que se los pongo de una vez porque después si se me pasa el día tengo que poner capi doble y el 5 apenas va menos de la mitad xD Estaba intentando escribir un capi diario, pero con las clases que ya estamos finalizando se me hace imposible -.- Pero espero adelantar este fin, aaaaayyy que ya salgo de vacaciones!! Creo que para el 18 de Junio ya lo estoy :D Y ahí si que vengo con todo ^^ Bueno, ya, les pongo el cap ¡Que lo disfruten! (A mi particularmente si me gusto bastante *-*)

Capítulo 4
I’m fallin’ in love,
But it’s fallin’ apart.
I need to find my way back to the start,
When we are in love.
T. M.
La letra de Alec había escrito como título “Mueran, payasos”.
La foto pegada a la página era de cuando Alec cumplía los ocho, a Viviana aún le faltaban dos meses para cumplirlos. La imagen mostraba un ángulo del patio de la casa del niño, que estaba decorado con globos de todos colores y había muchos niños alrededor… Pudo reconocer que era esa fiesta así ellos no salieran en la foto porque, ¿Cómo podía Viviana olvidar el horroroso payaso de ese día?
Totalmente inolvidable…
Diciembre 17.
¡Ya era el día diecisiete!
Apenas había amanecido y Viviana empezó con el trabajo de molestar a su mamá para que la llevara a casa de Alec lo más pronto que pudiera.
—Pero que si son las siete, Aarian —La regañó su madre—, No vas a darle dolores de cabeza tan temprano a la familia O’Conner.
—Pero si puedo ayudarlos arreglar todo… ¡Ay, como tu no entiendes nada mamá!
—Tú sigue durmiendo —le ordenó su mamá.
Acto seguido salió haciendo un berrinche de la cocina ¿Qué había de malo con que viera a Alec más temprano? ¡Era su cumpleaños! ¡Tenía que felicitarlo antes que todos!
Aun llevaba el pijama de ositos y sus pantuflas, se tiró de nuevo a la cama sobre todas las almohadas y evaluó las diferentes cosas que podía hacer para convencer a su mamá… Quizás podía hacerle el desayuno para que… ¡PFF! ¡Ella no cocinaba!, otra idea… No, no tenía más ideas, pues no le tocaría más que esperar.
Después de ese día en Brighton, la familia de Viviana y Alec se habían hecho muy amigas, hasta vivían solo a unas cuantas manzanas. A medida de que los niños crecían se unían cada día más, Viviana al ser hija única encontrar a un compañero de juego era todo un milagro, aunque… También se había ganado una especie de amigo mayor malvado. Nate.
El mayor de los hermanos O’Conner nunca se cansaba de jugarles bromas, se aprovechaba de que ellos eran menores y más pequeños… Aunque Nate no era malo de corazón, si era bastante rústico, y salvaje, y grosero e infantil… Y se le pueden aplicar más adjetivos pero la lista se haría larga.
Alec siempre defendía a Viviana, ya estudiando juntos en el mismo colegio, en el mismo salón, eran inseparables, y era por eso que quería ir a su casa en ese mismo instante, pero claro… Su mamá no entendía eso.
Alrededor del mediodía Rose ya no aguantaba a Viviana parloteando por toda la casa y explicándole las razones por las que quería estar en casa del niño antes de la hora de la fiesta, si Viviana de por si en su estado natural contaba con una hiperactividad admirable, en ese momento su energía se había multiplicado por mil y daba de no parar nunca más. Así que Rose accedió a llevarla.
Viviana ni siquiera dejo que su mamá apagara el coche cuando salió corriendo en dirección a la gran casa blanca rodeada de arbustos llenos de rosas. La casa O’Conner era amplia, con un jardín inmenso perfectamente verde y arreglado, la fachada de grandes pilares en el porche, y ventanales que se comunicaban entre ambos pisos, le daban un aspecto reconfortante y cómodo.
Rose tras apagar el coche caminó lentamente hacia la casa, Viviana ya había entrado y Marie, la mamá de Alec ya estaba afuera esperándola a ella.
Miró a Marie avergonzada pero eso de controlar a su hija cuando la nena se proponía a lograr lo que quería no se le daba muy bien.
—Lo siento Marie, intenté retenerla lo más que pude… ¡Esta despierta desde las siete de la mañana dándome lata con que la trajera! —Soltó sacudiendo los brazos causando la risa de Marie.
—Pues la hubieras traído a esa hora… Así hubiera despertado al dormilón de Alec que no quería levantarse —Respondió divertidamente, abrazando a Rose cuando llego hasta ella.
—¿Para que tener otro hijo si esa niña hace por dos mil? —Preguntó distraídamente entrando a la casa.
—Te entiendo… Alec ni se siente, pero Nate hace por los dos y muchos más.
Al entrar completamente a la casa no vieron ni rastros de Viviana.
Viviana se había apresurado a subir las escaleras, como iba casi corriendo tuvo que agarrarse del barandal para no caerse, una vez arriba llego a la habitación de Alec y abrió la puerta de sopetón sin importarle tocar.
El niño se sobresaltó tanto que dejo caer lo que traía en manos, una revista manga de sus favoritas.
—¡AHHHHHHHHH! —Gritó Viviana para luego saltarle encima y aplastarlo con un brazo de oso—, ¡Feliz cumpleaños! ¡Te haces más viejo, Alec! —se burló ella al final.
—No me importa porque ya soy mayor que tú —Respondió el niño sonriente sin inmutarse del comentario de Viviana.
La niña deshizo el abrazo y lo miró ya no tan divertida.
—Pero yo no quiero ser vieja, prefiero ser menor —Respondió orgullosamente.
¡Mentiras! ¡Ella si quería crecer!
Viviana quería crecer para poder valerse por ella misma… Para jugarle bromas a Nate y meterse con los niños que la molestaban en el colegio sin tener que depender de Alec para que la protegiera todo el tiempo, si, envidiaba un poco a Alec por cumplir los ocho primero que ella.
—Vamos al patio, Viv —Le dijo Alec empezando a arrastrarla fuera de la habitación y escaleras abajo sin darle tiempo de que hiciera un berrinche.
A Alec no le gustaban mucho las fiestas de cumpleaños, el hecho de que asistían muchos niños que verdaderamente no conocía y que sus padres lo obligaban a interactuar con ellos no era agradable, tampoco le gustaba que Nate anduviera suelto haciendo todas las maldades que se le ocurrieran, pero este año era diferente… Igual que el año pasado. Era diferente porque la tenía a ella, con Viviana todo era divertido y no tenía que preocuparse por lo demás, así que no le importaba que sus padres hicieran la fiesta con tal de que ella estuviera con él.
—¿Quieres ir al brinca brinca? —Preguntó Viviana fijándose en la cantidad de juegos que habían instalado en el patio de los O’Conner.
—Vale —Respondió Alec caminando al gigante inflable.
Los invitados habían empezado a llegar de acuerdo la tarde iba avanzando, Rose había regresado a casa a buscar el regalo de Alec que se lo habían dejado con el apuro, Marie intentaba controlar a tantos niños juntos y de Nate… De Nate no se sabía nada.
Pero no era la repentina desaparición del pelirrojo lo que hizo que Viviana pegara el grito al cielo y echara a correr a escondiéndose detrás del castaño de ojos verdes.
La criatura más malévola y horrible, con la sonrisa más asquerosa y su cabello de colores que podía asustar a cualquiera era el temor de Viviana.
Un payaso.
Un feo y horripilante payaso.
Alec se asustó al ver a Viviana esconderse tras de él pero tardo menos de un minuto en ver al payaso pisando el patio, lo que Viviana no sabía y lo que hacía a Alec retroceder era que el payaso se dirigía hacia ellos de la mano de Nate.
La niña con los puños apretados y la cabeza pegada a la espalda de su amigo que era más alto que ella prácticamente temblaba, ¡Odiaba mucho, mucho, mucho a los payasos! No le parecían graciosos… Y sus intentos de hacer cosas divertidas solo servían para que les agarrara más pavor.
—Oye, Viv —Dijo entrecortadamente Alec, ya sabiendo de la fobia de la niña por los payasos—, esto no va a gustarte para nada…
—¡Hola, niños! —Canturreo la voz chillona e irritante, la misma voz que le puso los pelos de punta a Viviana.
—Les presento a mi nuevo amigo —Chilló Nate… Para tener ya diez años el pelirrojo estaba muy lejos de querer crecer y madurar.
—¡AHHHHHHHHHHHHH! ¡PAYASOS FEOS! —Gritaba Viviana antes de empezar a correr en dirección opuesta de ellos— ¡Te odio, Nate! ¡Te odio mucho!
—Ya me estoy cansando de ti y de siempre asustarnos —le dijo Alec a su hermano mayor. El payaso no parecía comprender exactamente que era lo que había hecho para que los niños reaccionaran de esa manera.
Alec empezó a correr tras de Viviana justo como la primera vez que la había conocido y como otras tantas veces había hecho luego de que Nate le jugaba una broma, a él no le gustaba ni verla llorar, ni escucharla gritar ni verla triste.
Se dirigió a su habitación sabiendo que la encontraría ahí y acertó de lleno.
Viviana estaba en el rincón de la habitación jipiando y limpiándose las lágrimas para ocultar que estaba llorando y terriblemente asustada.
Alec se sentó junto a ella y le paso un brazo por los hombros, si, definitivamente no le gustaba verla así.
—Ay, Viv, lo siento —Dijo con vergüenza—. No sabía que traerían payasos y Nate… Ya sabes como es él.
—Es que son tan horribles, Alec… Su sonrisa malvadas…
—Son solo personas con maquillaje, Viviana —interrumpió Alec sonriéndole cariñosamente.
—Pero igual de horribles, y… ¡Tu hermano! ¿Por qué no puede meterse con personas más grandes que él?
—Porque… El es un infantil sin remedio, como dice mi mamá.
Haberse hecho con ese recuerdo le causaba un no sé qué a Viviana, por una parte recordaba lo malvado que el pelirrojo había sido con ella de pequeña y por otra, adoraba como Alec la protegía desde pequeña.
Leyó mas abajo la nota:
“Esa fue la primera vez que juré que nunca más aceptaría que alguien te asustara de nuevo, porque odio mucho verte llorar. Tu sonrisa nunca merece ser apagada, ¿Me escuchaste? (Leíste) Fue tarea difícil que el cabezota de mi hermano dejara de meterse contigo pero no imposible, así que muerte a los payasos y a todos aquellos que te hagan llorar (serán imbéciles para hacerlo), bueno, eso es todo por ahora. Nos seguimos leyendo más adelante. P.D: Recuerda que aunque no estem hare hasta lo imposible para protegerte siempre”.
Y como en la nota anterior, una frase de una canción acompañaba el final: “Just close your eyes, the sun is going down. You’ll be all right, NO ONE CAN HURT YOU NOW, come morning light… YOU AND I’LL BE SAFE AND SOUND”.
*Estoy enamorado, pero se viene abajo.
Tengo que encontrar mi camino de regreso al comienzo,
Cuando estábamos en el amor – The Maine, “Into Your Arms”
*Simplemente cierra tus ojos,
El sol se está poniendo,
Estarás bien.
NADIE PUEDE HERIRTE AHORA.
Ven luz de la mañana,
TU Y YO ESTAREMOS SANOS Y SALVOS.
Taylor Swift, “Save and sound”
----------------------
¿Les gusto? ¡Comenten que es gratis! :D

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encanto simplemente eso lo unico malo el puto pelirojo -.-¨lo odio pero amo lo que escribes By: Viviana :)

Carliany Bayuelo dijo...

Me fascinan! *---* estoy enamorada! Quiero que sea viernees Wayuuuuu!