¡Aquí el capítulo! Trato es un trato... Estoy terminando de tomarme un té para la gripe, y no me siento muy bien... Pero la intensa de Viviana me tiene a pan y agua por el pin así que tenía que publicar obligatoriamente -.- (Para que no me jodas más, eh?!! Que te dejo a Alec en coma de por vida si sigues así ¬¬)
Bueno, que disfruten del capítulo. No se olviden de comentar, que como siempre digo ¡es gratis! :D
Capítulo 5
How easy, it
would be to show me
How you feel.
More than
words,
Is all you
have to do
To make it real.
La noche ya había caído y después de
haber leído la nota de Alec, la señora Marie la convenció de irse a casa,
Viviana aceptó solo con la condición de que estaría temprano en el hospital.
El camino a casa fue más que en
silencio, nadando entre sus delirios mientras el taxi zigzagueaba por la ciudad
en dirección a su apartamento. Tomo el celular para escribirle otro mensaje de
texto a su madre, que según lo que le había dicho la madre de Alec, ya estaba
tomando un vuelo para Londres porque en ese preciso momento estaba en
Manchester.
“Estoy llegando al apartamento,
¿quieres que pase por ti cuando llegues o papá te recogerá? –V.”
Antes de llegar a su destino ya había
respondido Rose. Viviana buscó rápidamente el celular en el bolsillo del jean,
lo desbloqueo y vio el mensaje de texto:
“Mi vuelo llega dentro de dos horas,
descansa preciosa que Joe viene por mi –R”
Esa fue toda la conversación entre
ellas dos.
Al cabo de un minuto más ya habían
llegado, luego de pagarle al señor del taxi se dirigió con paso apurado a su
apartamento, el frío era horrible y una ligera llovizna caía acompañando la
brisa nocturna que le erizaba los bellos de la piel a cualquiera.
Afortunadamente el elevador de su
edificio si funcionaba correctamente, puesto que su apartamento estaba en el
7mo piso.
Tomó el elevador que duró menos de un
minuto para dejarla en el piso que le correspondía.
Si
la opción “automático” podía aplicarse a un estado humano, entonces así se
encontraba ella, en “automático”. Sus pies se movían porque tenían que moverse,
no porque de verdad lo quisiera. No tenía ganas de nada, había sido un día
completamente agotador y exaltante, lleno de emociones y por sobre todo
sorpresas.
Una
vez dentro del apartamento fue directamente a la cocina y se preparó un té de
manzanilla para relajarse, quería descansar en gran parte pero había algo que
no le permitía pensar en eso como la siguiente acción que haría en su estado de
“automático”. Cuando se terminó el té dejo la taza sobre la repisa y se fue a
la oficina, una pequeña habitación que tenía su biblioteca, un ordenador y su
escritorio.
Tomo
una libreta en blanco de las tantas que tenía en la gaveta derecha del
escritorio, tenía una cubierta rústica de color azul aguamarine, era perfecta.
Decidida
ya con la libreta y un lápiz en mano se encerró en su habitación donde empezó a
rebuscar en el closet una caja de converse donde hace mucho había guardado
todas las fotos que cogió de su casa antes de mudarse para ir a la universidad.
Bajo
algunos peluches y carpetas logró divisar el logotipo y saco la caja medio
sonriente.
Si
Alec estuvo decidido a hacer una locura como esa, ¿Por qué ella no podía? ¡Si
estaba más mal del coco que él!
Le
respondería cada una de sus notas para que así, cuando el despertara —Porque
estaba segura de que iba a despertar… No importaba cuanto tiempo pudiera
tardarse, pero él tenía que hacerlo— las leyera. Una distracción así necesitaba
en ese instante, refugiarse en los lindos recuerdos y olvidar la desgracia que
ella misma había causado, de la que probablemente se culparía la vida entera y
parte de la otra si reencarnaba.
Viviana
se sentó sobre la cama y esparció sobre ella todas las fotografías, esas no las
colocaba en los álbumes porque tenían un significado especial y colocándolas en
la caja nunca se le perderían entre las millones de fotos que Rose solía
guardar en los álbumes gigantes.
Revolvió
entre las imágenes buscando la que su madre les había tomado en Brighton, muy
parecida a la de Alec pero en estaban solo ellos dos, Nate estaba más alejado con
una cara de “mírenme pero no me toquen”, la reprimenda que le habían dado
estaba bien ganada pero había hecho que el genio del pelirrojo se
intensificara.
En
la primera página garabateo el título “Lo
que yo nunca diré, pero si podrás leer”
Seguido
al título se apresuro a explicarle:
Anoche ha pasado algo realmente horrible, y todo ha
sido mi culpa. Ni aunque intente escribirlo de mil y un maneras te podré
explicar que estoy experimentando ahora… El hecho es que, Alec, en este preciso
momento estás en un hospital conectado a unas maquinas y en estado vegetal…
Acabo de llegar, he pasado todo el día contigo y acá es a donde quería llegar,
he encontrado algo querido amigo mío que me ha hecho dudar de que si eres tan
inteligente y cuerdo como me imaginaba o es que como leí antes “yo ya te había
contagiado mi demencia”.
Encontré accidentalmente tu libreta de “Por si
mañana no estoy” y al poco tiempo me he enterado del accidente… No voy a
mentirte, mi incertidumbre pudo más que el nerviosismo y empecé a leerla…
Aunque tú aún estés conmigo y no voy a permitir que mañana ya no estés a mi
lado, la leí. O por lo menos lo estoy haciendo… Y es debido a eso que he
decidido responderte, entonces aquí me tienes, en mi habitación totalmente
segura de que ya he sobrepasado mis limites de locura y escribiendo.
Estoy segura de que esto no te lo diré, pero espero
que algún día lo leas y puedas saber que pensé respecto a cada nota… y cada
recuerdo… Además, es una distracción que necesito ahora, porque Alec, aun no
puedo soportar la idea de que existe la posibilidad de perderte… Tu rostro
vacio esta grabado en mi mente, y es que, prefiero mil veces verte sonreír que
verte sin expresión alguna. Y todo por mi culpa.
Una
lágrima cayó sobre la hoja, marcando un círculo distorsionado que cuando se
secara dejaría esa parte de la página con una textura irregular.
—¡Deja
de llorar, no seas tonta! —Se regañó… Viviana, solo quería que Alec se
despertara rápido para sentir el alivio de tenerlo junto a ella de nuevo, pero
también para que él descargara su furia sobre ella, como él tenía que hacer y
así, de ese modo no sentir como la absorbía aquella pesadumbre que llevaba
sobre los hombros. Si al salir de su estado de coma ya no quería verla más, era
entendible… No se molestaría en torturarse más a ella misma porque siquiera
estaba vivo, no con ella pero vivo.
Con
un click ajunto la foto en la esquina inferior derecha y puso al principio de
la respuesta “La felicidad de conocerte”
Ahora considero que quizás fue un error conocerlos
ese día en la playa… Porque desde ese
instante te convertiste en una parte esencial de mí día a día y, tu familia,
paso a ser mi familia también. Ese día si que tenía mucha envidia de su castillo
¡Era grande y precioso! Y como niña que era me enfurruñe… Pero luego llego tu
hermano y ay, creo que desde ahí le he tenido cierto miedo. Alec, ya no se si
querrás hablar conmigo después de todo lo que ha pasado (muy rápido, debo
añadir) y ahora que estoy haciendo esto ya no puedo echarme atrás…
Tú no te atreverías a decirme todas esas cosas que están
en la libreta que tengo junto a mí, y yo, no me atrevía a contarte lo que estoy
escribiendo, así que, ¿Estamos a mano?
No
quiero que sepas nada de lo que después pueda yo arrepentirme o pueda hacerte
sentir mal.
Para
mi, también fue uno de los mejores día de mi vida… Pero hoy ha sido el peor.
Apartando el lápiz un momento, fijó la
vista en la nada… ¿Qué podía decirle que pudiera arrepentirse? ¿Qué lo
necesitaba tanto como el oxígeno? ¿Qué dependía de la seguridad que le
aportaban sus brazos? ¿Qué la mayoría de sus sonrisas se debían al sonido de su
voz? ¿Qué el tenerlo cerca era tan reconfortante para sus días? ¿Qué su
confianza se debía solo a que lo tenía como su mejor amigo? ¿Qué le daba pavor
perderlo? ¿Qué se siente ahora tan sola que podría deprimirse? ¿Qué ya no sabía
como levantar la cara sin que su indisposición sentimental se reflejara en sus
ojos?
Si. Esas eran las cosas que las que
podría arrepentirse de contarle.
Antes de cerrar el cuaderno escribió
finalmente “I was enchanted to meet you
too”*
Sonrió con pesadez y se levanto para
ir a bañarse, ya eran cerca de la una de la madrugada… Tenía que descansar
porque en lo que nada más amaneciera se iría al hospital, tenía que aprovechar
el poco tiempo que le quedaba antes de que él despertara y ya no quisiera verla
más.
Cuando estuvo bajo el agua caliente
que le relajaba el cuerpo y hacia que la tensión de sus terminaciones nerviosas
se desapareciera, su mente le lanzo otra cosa que no podía contarle, porque,
ella se arrepentiría y Alec se sentiría mal… Porque quizás no le correspondería
nunca…
Existía la mínima posibilidad de que
Viviana, estuviera enamorada de su mejor amigo.
Solo la mínima posibilidad, únicamente
eso.
*Cuan fácil sería que me mostraras
Como te sientes.
Más que palabras
Es todo lo que necesitas…
Para
hacerlo realidad – More Than Word, Westlife.
*Yo también estaba encantado de
conocerte.
Enchanted – Owl City (Canción en
respuesta a la
De Taylor Swift).
****
Esperando que les este gustando esta historia, ya saben: comenten :D
Ahh y en la entrada anterior no pueden perderse la información de El Diario Oscuro, la nueva novela de mi Karol Scandiu (Pinchen AQUÍ para ir)
Besitos!
Susan.
1 comentario:
Me encanto solo eso es que cada cosa que escribes me encanta * pestañita* Alec *----* el mejor amigo del mundo ya quiero que sea viernes, espero que no muera o yo moriria By: Viviana (La chica enamorada de Alec *.*)
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